No necesitas ser experto para darte cuenta de que algo no anda bien con tu auto. Hay señales claras que pueden alertarte antes de que la falla sea grave (y costosa).
- Ruido extraño al frenar: puede ser desgaste de pastillas.
- Vibración en el volante: posible problema de balanceo o alineación.
- Olor a quemado: atención al embrague o fugas de aceite.
- Humo de colores inusuales: indicio de problemas con motor o sistema de escape.
- Frenos esponjosos o débiles: aire en el sistema o líquido vencido.
Prestar atención a los cambios en el comportamiento del vehículo es clave. Ante la duda, consulta a un mecánico de confianza antes de que el problema crezca.